La digitalización aporta muchas ventajas y no hay una única hoja de ruta. Como cualquier proyecto importante, requiere del compromiso y apoyo por parte de la propiedad del negocio, su equipo directivo y sus empleados.

Estos han de creer en que la adopción tecnológica aporta valor al negocio, lo que se traduce en un aumento de la base de clientes, la optimización de procesos, aumentos de la productividad, reducciones de costes y potenciación de su imagen de marca entre otros.

Aparentemente, los beneficios están claros pero el proceso de transformación digital no avanza al ritmo que las administraciones y la industria TIC esperaban .En nuestra opinión existen varios factores que dificultan el camino y que hacen que su organización pueda no estar preparada para afrontar el reto. Estos son: el tamaño de su compañía, la falta tiempo y de recursos, el económico y el cultural. A continuación los analizaremos en detalle.

Fuente: MEySS con datos empresas inscritas en la Seguridad Social-Enero 2018

Hay organizaciones que se escudan en su reducido tamaño. Sin duda influye, pero no es factor determinante ya que estamos en un país donde casi el 94% de compañías tiene menos de 10 trabajadores y como se puede apreciar en la tabla el porcentaje de grandes empresas es ínfimo

Afortunadamente hay multitud de ejemplos de PYMES innovadoras y exitosas en el mercado por lo que este aspecto no debería ser una excusa para abordar su transformación.

Muchas compañías aducen falta de tiempo. Hay organizaciones con plantillas escasas y muy volcadas en el día a día del negocio lo que no les permite abordar proyectos de innovación. En este caso el camino será más largo respecto a la media pero es factible. Para ello, busque el soporte de profesionales de confianza que le ayuden a diseñar su transformación y le implanten los proyectos. Es arriesgado porque sí o sí deberá participar en la toma de decisiones, supervisar y asumir los nuevos procesos y asegurar que son puestos en práctica por su plantilla. Recuerde que digitalizar no consiste solamente en invertir e implantar tecnología sino que implica un cambio profundo en su forma de actuar

El económico es un aspecto fundamental. Aún estamos saliendo de la fuerte crisis y los márgenes y beneficios no se recuperan según lo deseado. Todas las organizaciones deberían asignar un presupuesto para mejorar su área TIC. Para ello, asigne un presupuesto en base a sus posibilidades e identifique aquellos primeros proyectos que sean estratégicos para su compañía y que además puedan suponer un “quick win” para su organización. A modo de ejemplo, pueden ser aquéllos que mejoren su imagen de marca, optimicen algún proceso “core” y le ayuden a mejorar márgenes. En este caso, su hoja de ruta será más o menos larga pero si está convencido, llegará a buen puerto. Recuerde también que, afortunadamente, hay tecnología y soluciones para todos los presupuestos por lo que hoy en día puede abordar proyectos como la automatización de procesos o la implantación de una página Web, con un presupuesto muy asequible y con unos plazos de implantación muy reducidos.

Hasta aquí hemos analizado tres aspectos que nos influyen pero que no son relevantes. Pueden servir de excusa para retrasar o no abordar la transformación del negocio y en este caso, el factor cultural va a ser determinante para diagnosticar si su empresa está realmente preparada para abordar la Digitalización

Identificamos dos culturas de empresa: la innovadora donde el área TIC, sea pequeña o grande, juega un rol de primer nivel y el negocio se apoya en ella para mejorar. Por el contrario, encontramos la reactiva que está presente en aquellas organizaciones donde se asigna un rol muy secundario al área TIC: provisión de equipos a los usuarios, hardware, correo, conectividad y un servicio de soporte que sólo interviene cuando hay problemas.

Si usted se encuentra en el primer grupo está de enhorabuena ya que su organización con un alto grado de probabilidad abordará el proceso de forma exitosa y sólo la falta de tiempo, recursos o de una dotación económica significativa pueden hacer que el proceso tarde más o menos. Se dispondrá de una hoja de ruta para priorizar e implantar distintos proyectos que con una adecuada gestión del cambio y de la mejora continua le permitirán ajustar los resultados en una empresa comprometida con la innovación.

Por el contrario, si usted trabaja en una compañía de tipo reactivo, la transformación digital será muy espinosa y muy posiblemente no llegue a abordarse. Si usted se considera innovador no le quedará más remedio que cambiar de empresa ya que no conseguirá cambiar su cultura a no ser que sea el propietario o uno de los directores. Lamentablemente y en nuestra opinión, esta es la cultura mayoritaria en un alto porcentaje de compañías donde la tecnología se percibe como algo negativo. Son empresas en las que, a modo de ejemplo, tienen un parque de equipos (Pcs, portátiles,..) con más de 6-8 años de antigüedad, que solo se renuevan cuando “mueren”. La misma situación se puede dar en sus servidores y su software y sus sistemas operativos, en muchos casos no está actualizado o es pirata. Tampoco disponen en muchos casos de un mantenimiento y soporte contratado, no tienen página Web o esta no está debidamente actualizada y mantenida.

Parece que hemos puesto el dedo en la llaga y que la cultura de empresa es la que nos indica el grado de madurez existente para determinar si su empresa está realmente preparada para abordar el importante reto de la digitalización.

Sólo las empresas con una cultura innovadora serán capaces de abordar la digitalización. Esto no implica que el resto compañías no pueda afrontar el reto. Al contrario, todas pueden. Para ello hay que tomar conciencia de la situación e iniciar acciones para vencer y desterrar a la cultura reactiva. Esta tiene una relación directa con la formación y conocimiento existentes sobre el uso y posibilidades que nos ofrecen las tecnologías digitales así que el primer estadio es el de mejorar su formación, obtener información y dejarse asesorar por profesionales del sector con el objeto de entender el rol que pueden jugar las TIC en su negocio y como estas pueden ayudarle.

La digitalización es un concepto muy amplio por lo que su proceso puede iniciarse con algo tan simple como renovar sus equipos; posteriormente ya irá incorporando proyectos más ambiciosos y, sobre todo recuerde que implica un cambio en su forma de actuar. Así que no se conforme: avance poco a poco, fórmese, identifique al personal inquieto/ motivador que tenga ganas de innovar y mejorar; genere un grupo de trabajo multidisciplinar, conciencie al resto de la organización de la necesidad de mejora continua y de esta forma conseguirá preparar a su organización para afrontar el reto digital u otras metas que se proponga.

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